Todo el mundo tiene lunares, a veces muchos. La mayoría pensamos que los lunares son como “verrugas” que se localizan en la cara, de color carne o marrón y a veces con pelo. Sin embargo, los lunares tienen un aspecto muy variable. Hay lunares atractivos que en el pasado se conocían como manchas de belleza. En contraste, la mayoría de los lunares son antiestéticos.
Los lunares pueden ser de color rosado, marrón, azul o negro. También pueden ser redondos u ovales o de forma irregular. Pueden ser planos o elevados, grandes o pequeños, con o sin pelos, moteados o de color homogéneo.
Si el aspecto de un lunar le preocupa o si observa cambios bruscos, debe consultar al dermatólogo. Los lunares que tienen colores rojos, azules o áreas negras tienen un mayor riesgo de malignidad.
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